"El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?” con este salmo, Señor mío y Dios mío, quiero encomendarme a Ti y entregarte todo lo que soy. Señor mío, gracias te doy porque logré con éxito realizar mis labores a Io largo de este día. Ahora, aquí en mi habitación elevo mi voz para agradecerte por cuidar cada parte de mí, con tu luz iluminaste mi día y con tu sabiduría me guiaste para manejarme bien hoy. Gracias te doy porque no temo a nada ni a nadie, porque sé que contigo estoy más que seguro, que cuidas de mi así como una madre cuida de su bebé; bendito, alabado y glorificado seas, mi Dios, cuán bello eres para conmigo, que no te olvidas de mí, que a donde vaya o esté me acompañas y me das Ia seguridad para enfrentar mis miedos. Gracias, porque defiendes mi vida ante los peligros, no dejas que me pierda en las tinieblas, y haces de mí una criatura nueva que tiene confianza en tu amor para vivir en abundancia.
AMÉN.
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sábado, 8 de diciembre de 2018
Oración para la noche
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