Señor mío y Dios mío, en este nuevo día estoy delante de Ti confiando en que me amas y me bendices. Sí, confío en tu amor que no se acaba y en tus bendiciones que derramas día a día porque quieres verme feliz. Quiero poner en tus manos al iniciar esta jornada cada una de las cosas por las que estoy batallando. Quiero adorarte en medio del miedo y la incertidumbre, en medio de las alegrías y la esperanza. Te alabo por el sol, por Ia lluvia; te alabo por el calor y por el frío. Sí, Señor, te alabo porque la vida tiene sus días grises, nublados, pero también tiene días radiantes. Aun cuando todo se ponga difícil, aun cuando el futuro se vea nublado, aun cuando todo en la vida parezca contrario, yo quiero alabarte. Porque mi vida también tiene cosas muy bellas. Te alabo y te bendigo en esta mañana, te bendigo porque sé que estarás conmigo durante todo el día, porque tengo la certeza de que me amas infinitamente y que quieres verme feliz Gracias, mi Dios.
AMÉN.
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