No puedes darle espacio al enemigo en tu vida; no te puedes permitir un momento de descuido. Muchas de las cosas que pasan en nuestra vida, pasan porque nos sorprenden mientras dormimos. Los corajes nos duermen, la mala información nos duerme; y dejamos de estar alerta, y el enemigo aprovecha para plantar las semillas incorrectas en nuestro corazón. Por eso, la palabra del Señor nos dice: Despiértate, tú que duermes.
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