Confiando a pesar de los obstáculos
La mayoría de nosotros vamos por la vida afligidos, angustiados, preocupados, desesperados y toda clase de sentimientos causados por la impotencia ante cierta dificultad. Vivimos pendiente de todo lo que nos rodea y cuando las cosas no salen como quisiéramos nos inundan diferentes sentimientos que lo único que hacen es robarnos la paz que Dios quiere que mantengamos en nuestra vida.
A través del tiempo he aprendido que el angustiarme o preocuparme al extremo no ayuda a resolver mis problemas, sino que al contrario, suma más problemas. Y es que cuando perdemos la paz dejamos que el problema gobierne nuestra vida, y cuando el problema gobierna nuestra vida nos olvidamos de deleitarnos en Dios.
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