Señor, necesito tu paz. Ya no puedo más,
cada día dame de esa paz que aunque no la entienda sea mi alivio y mi apoyo.
Las pruebas por las que atravieso son duras pero no quiero estar en angustia,
que tu paz sea mi descanso y mi consuelo.
Necesito de ti, Señor, te ruego que mi fe se fortalezca en tu poder, en lo que puedes hacer, mucho más allá de lo que mis ojos ven o de lo que mi mente comprende.
Dios, eres grande. Tú no estás limitado por el tiempo, ni por las circunstancias, ni por un cuerpo físico en tus manos está mi vida y mi presente, oro para que en el nombre de Jesús sean desatadas las cadenas de angustia, de presión y sea liberado mi ser por tu fuerza.
Señor, quiero estar en tu reposo
aunque siga caminando con paso firme,
pon en mí la fuerza de voluntad para obedecerte, para no hacer lo que sea más fácil sino lo que tú me guíes a hacer.
Enséñame con tu Palabra, que pueda permanecer en tu verdad y en pureza.
Tú me guardarás en completa paz
porque mis pensamientos los mantendré en ti.
Gracias Señor, tu Palabra dice
que “La persona íntegra enfrenta muchas dificultades, pero Tú llegas al rescate en cada ocasión.”
Rescátame Señor, y que tu paz
sea como lluvia refrescante sobre mí. Amén
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