Que llegue mi clamor a tu presencia; dame entendimiento, Señor, conforme a tu palabra. Que llegue a tu presencia mi súplica; líbrame, conforme a tu promesa. Que rebosen mis labios de alabanza porque tú me enseñas tus decretos.
(Salmo 119:169-171)
La decisión correcta hoy es la bendición de mañana.
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