Subió el primero y de inmediato bajó malhumorado y renegando.
Trepó el segundo y casi que no baja... estaba feliz y entusiasmado.
Le pregunta el segundo al primero: - "¿Qué viste?". - "Basura, estiércol, un sitio inmundo y repugnante", dijo.
Y añadió: - "Y tú, ¿por qué bajaste tan contento?". - "Porque el cielo se veía azul, las aves revoloteaban y admiraba el Sol, las nubes y el horizonte". Ambos miraron por el mismo tragaluz, pero uno lo hizo hacia arriba y el otro hacia abajo.
Contempla la vida con una mirada de fe y confianza. Alza los ojos para levantar también el corazón.
Observa todo con optimismo y siempre hallarás razones para la esperanza y la alegría.
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