Señor, bendice nuestra semana.
Cuando menos lo esperamos, la vida nos pone un desafío para
poner a prueba nuestro coraje y nuestra voluntad de cambio, en ese momento, no hay punto de pretender que no ha pasado nada, o al decir que todavía no estamos listos. El reto no va a esperar. La vida no mira hacia atrás. Una semana es tiempo más que suficiente para nosotros para decidir si aceptamos o no nuestro destino.
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