A un Ángel se le preguntó
¿Cuál es el peor castigo?
Y el Ángel me respondió;
que entregues tu corazón,
y las puertas estén cerradas.
Que teniendo alas
no poder alzar el vuelo,
Que por mirar siempre el pasado
no se avanza
Que por no perder todo
no te atreves a empezar de cero.
Que por amor entregues tú alma,
y no haya brillo en sus ojos.
Que entregues tus besos,
y roces unos labios fríos.
Que entregues tus manos,
y te encuentres siempre caída.
Que entregues tu sonrisa,
y no te reflejes en su rostro.
Que entregues tus caricias,
y no recibas un cálido abrazo.
Que entregues tu llanto,
y no tengas consuelo.
Que entregues tus sueños,
y no exista futuro.
Que entregues tus palabras,
y obtengas un vacío.
Que entregues tu oído,
y no existan palabras.
Que entregues tu cuerpo,
y no haya calor
¡Tú me preguntas!
¿Cuál es el peor castigo?
Y yo te respondo;
Amar... y no ser amado.
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