Renuncia totalmente a los rencores, resentimientos o resquemores; no des espacio al odio en tu corazón. Niégate a intoxicarte con cualquier sentimiento negativo relacionado con el odio. Procura siempre alimentar tu espíritu con ideas, conceptos y sentimientos nobles, de perdón, de tolerancia, respeto a pesar de las diferencias y... de olvido. Notarás que día a día mejorará tu calidad de vida.
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