Aprende a esperar el momento oportuno para recibir aquello que anhelas.
Espera con paciencia a que maduren los frutos de lo que sembraste para poder apreciar debidamente su dulzura.
No seas esclavo del pasado y los recuerdos tristes, no revuelvas herida que cicatrizó. ¡Lo que pasó, pasó!
Procura construir una vida dirigida hacia lo alto y camina hacia delante, sin mirar hacia atrás, haz como el sol que nace cada día, sin acordarse de la noche que pasó.
Sólo contempla tu meta y no veas que tan difícil es alcanzarla.
No te detengas en lo malo que has hecho; camina en lo bueno que puedes hacer.
Vive cada día, aprovecha el pasado para bien y deja que el futuro llegue a su tiempo.
No sufras por lo que viene, recuerda que “cada día tiene su propio afán”.
Si tu felicidad y tu vida dependen de otra persona, despréndete de ella y ámala, sin pedirle nada a cambio.
Aprende a mirarte con amor y respeto, piensa en ti como en algo precioso.
Que tu alegría sea contagiosa y viva para expulsar la tristeza que amenaza tu paz.
Si en tu interior hay luz y dejas abiertas las ventanas de tu alma, todos los que pasan por la calle en tinieblas, serán iluminados por tu luz.
Dios nos ha creado capaces para realizar sueños, vivamos por élllos, intentemos alcanzarlo.
No te des por vencido, piensa que si Dios te ha dado la vida, es porque sabe que tú puedes con ella.
El éxito en la vida no se mide por lo que has logrado, sino por los obstáculos que has tenido que enfrentar en el camino.
Tú y sólo tú escoges la manera en que vas a afectar el corazón de otros y esas decisiones son de lo que se trata la vida.
“Que este día sea el mejor de tu vida".
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