Que nada nos quite la ilusión, los sueños, porque cuando nos llenamos de amargura, sólo atraeremos amargura. Tengamos la paciencia y la serenidad para esperar el momento justo. La templanza para actuar con sabiduría y la fuerza para seguir soñando a la vez que hacemos de esta vida un maravilloso sueño hecho realidad.
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