Hay personas que tienen el hábito de criticar todo y a todos. A todo le encuentran algo negativo o malo. Por lo regular este tipo de personas son quejumbrosas, regularmente están enojadas por algo. Como puedes ver, tendemos a juzgar a otros por sus acciones, y nos juzgamos a nosotros mismos por nuestras intenciones. Sin embargo, debemos dejar de criticar. Jamás sabremos las intenciones de los demás. La crítica es destructiva porque no conoce todos los hechos. Las personas criticonas están ciegas a sus propias faltas si no, no criticarán. Lo peor de todo es que el ser crítico amargará tu espíritu y te robará la alegría. Jesucristo dijo: “¿Cómo te atreves a decirle a otro: “Déjame sacarte la basurita que tienes en el ojo”, si tú tienes una rama en el tuyo? ¡Hipócrita! Primero saca la rama que tienes en tu ojo, y así podrás ver bien para sacar la basurita que está en el ojo del otro”.
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