Bondadoso Dios, abre mis oídos para que perciban tu voz en estos días, para que pueda oír tu palabra con el corazón y me deje transformar por medio de ella. Hazme sensible a los tenues impulsos a través de los cuales me hablas. Abre mi boca para que te alabe y agradezca todo lo bueno que me has hecho. A través de tu Espíritu Santo hazme capaz de levantar y animar a los demás con mis palabras; que sean palabras de amor que curen y consuelen, que creen relaciones, que reconcilien y liberen, que habrán un nuevo horizonte, que hagan que el cielo se abra sobre la indiferencia de los hombres, palabras que les hagan saber que sus vidas son valiosas y únicas. Amén.
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