Dices que soy el futuro; no me desampares ahora.
Dices que soy la esperanza de paz; no me induzcas a la guerra.
Dices que soy promesa de bien; no me confíes el mal.
Dices que soy la luz de tus ojos; no me abandones en la ignorancia.
No espero solamente tu pan; dame luz y entendimiento.
No deseo tan solo la fiesta de tu cariño; te suplico amor para educarme.
No te pido apenas juegos y diversiones; te pido buenos ejemplos y buenas palabras.
No soy simple ornamento de tu camino;
soy quien te abre la puerta de la vida más allá de ti mismo: seré algo de ti después de ti.
Enséñame el trabajo y la humildad, la devoción y el perdón.
Campadécete de mí y oriéntame para que sea bueno y justo.
Corrígeme en su tiempo, antes de que yo sufra.
Ayúdame hoy para que mañana no tenga que llorar.
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