Propuestas para vivir mejor
Hay una parte de nuestro interior que se siente débil, hay un sector del corazón que siempre experimenta una fragilidad, un miedo, una sensación de pequeñez. Sobre todo cuando la vida se nos llena de problemas, cuando alguien nos agrede, cuando nos tratan mal, cuando nada nos sale bien, nos sentimos profundamente débiles, como si fuéramos un gusanito que cualquier puede destruir, como esos pequeños gusanos, transparentes y delicados, que se destruyen cuando cualquier cosa los toca suavemente.
El Señor quiere fortalecer ese interior tan frágil, él quiere penetrar allí y hacerte firme. Por eso, aunque te sientas como ese gusano pequeño, él le habla a esa parte de tu vida y te dice: “¡Gusanito mío, no tengas miedo. Yo soy tu salvador!” (Is 41,14). Es bueno que tomes conciencia de lo que sientes y te detengas a escuchar esas palabras que el Señor te dirige. No es lo mismo enfrentar los problemas si uno se deja tomar por el Señor que lo salva, o si pretende enfrentar todo con sus pequeñas fuerzas. No es lo mismo.
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