Y quién diría...

Y quién diría que por ti empezé a escribir versos, que me causabas insomnio y de ese estado brotaban mis mejores letras, todas dedicadas a tí, todas con tu esencia, con tu aroma, con una parte de tí...
Aun sabiendo que no podías leerme (y no lo harías) escribía, escribía, por que solo así sentía que te podía amar, que por instantes eras mío, que te tenía y podía hacer de tí lo que quisiera.
Escribía para no olvidarte, pero más que eso, escribía para no olvidarme.