No me catalogues, no soy objeto.
No me etiquetes, no soy mercadería.
No me juzgues, no soy tu reo.
No me acuses, no eres mi fiscal.
No me condenes, no eres mi juez.
No me enmarques, no soy espejo ni cuadro
No me definas, soy un misterio.
No me minimices, soy más complejo de lo que crees.
No me divulgues, no soy un producto cosa.
No me vulgarices, soy alguien muy especial.
No me apuntes, no soy blanco de tiro.
No me idolatres, no soy un ídolo.
No me calumnies, tengo derecho a la verdad de los hechos.
No me difames, tengo el derecho de ser quien soy.
No me esquematices, soy más libre de lo que te imaginas.
No creas demasiado en mí, soy falible.
No dudes siempre de mí, soy más verdad que error.
Recuerda siempre que:
Soy persona como tú.
Soy humano como tú.
Soy limitado como tú.
Soy hijo de Dios como lo eres tú.
Trátame como gente y como hermano y
serás para mi aquello que no lograste ver en mi persona:
¡Un Amigo de Verdad!
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