Hay muchos tipos de abrazos. Hay abrazos protectores, que te hacen sentir que nada malo va a pasar. Hay abrazos que te llenan de energía. Hay abrazos silenciosos que te escuchan sin preguntar nada y te susurran al oído “No temas. Llora todo lo que tengas que llorar. No hace falta explicar nada.” Hay abrazos que te llenan de ternura, esos abrazos de oso que tanto nos gustan. Abrazos que te llenan de alegría, espontáneos. Abrazos porque sí, sin un motivo aparente, porque nos salen del alma y no hay necesidad de ningún motivo en concreto. Hay tantos tipos distintos de abrazos que es difícil elegir sólo uno de ellos y no debemos hacerlo. Todos son necesarios e importantísimos. No debemos negarnos a sentir y dar ninguno de ellos..
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