Dentro de tu gran capacidad de amar
está el amarte a ti mismo.
Necesitas reír,
cantar, brincar, caminar,
crear y soñar.
Nada amerita
que tu corazón se llene de inquietudes,
pues Dios te dio cualidades y talentos
desde el instante mismo en que te creó,
para que sepas afrontar
cualquier situación que vivas.
Fortalécete de amor, paz y serenidad.
Cuando encuentres el equilibrio en tu ser
sabrás que hermosa es la vida
y encontrarás la verdadera felicidad.
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