Si todas las mañanas te levantarás con una sonrisa en la cara y vieras en cada amanecer un nacimiento; en cada estrella una esperanza; en cada persona un mundo; en cada árbol la vida; en cada flor la belleza; en cada animal un amigo; en cada ave una voz; en cada sonrisa una experiencia; en cada enojo una reconciliación; en cada amigo a un hermano Y te atrevieras a explorarlas, encontrarías la felicidad hasta en los más simples detalles y. . .
¡APRENDERÍAS A MIRAR CON LOS OJOS DEL ALMA
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