A veces surgen oportunidades donde damos lo mejor de nosotros mismos, y aún logrando la excelencia, no conseguimos el éxito. No hay fracaso, tan solo trayectos donde las circunstancias son adversas. Lo que importa realmente es si haz crecido a lo largo del camino, entonces habrás triunfado como persona, y desde la madurez serás capaz de generar las oportunidades para resurgir desde las cenizas. Porque para todo tengo las fuerzas en virtud de aquel que todo lo puede (Filipenses 4: 13)
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