¿Cuándo fue la última vez que nos detuvimos a mirar el cielo?

¿Cuándo fue la última vez que nos detuvimos a mirar el cielo? ¿Cuándo fue la última vez que frenamos el paso para oler el aroma de una flor?
Ya no nos detenemos. Ya no contemplamos. Quizá sea ésta una de las mayores pérdidas de nuestro tiempo moderno. El hombre va cada vez más apurado por la vida. Y el apuro le impide detenerse a contemplar y aprender de lo que le rodea. Porque el a-puro es ausencia de pureza, el apuro contamina, el apuro no nos deja tomar contacto con la naturaleza y con los otros seres.
La velocidad tiene una estrecha relación con la memoria y el olvido. Cuando uno desea olvidar, apresura el paso, el movimiento, el ritmo… en cambio, cuando uno desea recordar, se enlentece. Maravillosa lentitud...
Me pregunto que sucederá en algunos años, cuando nos demos cuenta que, por haber andado tan de prisa, pocos recuerdos nos quedan…