Padre mío, para servir a los demás con amor, debo luchar incansablemente para dominarme, necesito dejarme transformar por ti.
Estoy convencid@ de que mis proyectos son vanos, si no están respaldados por una vida humilde y un corazón generoso y desinteresado. Me creaste para ser santo, y la santidad no es sino una respuesta de amor en cada momento del día, en lo pequeño y en lo grande.
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