Si quieres construir un buen edificio que se sustente, que la base sea el amor y que las vigas sean hechas de gratitud, que los clavos sean de paciencia, y las tablas de sabiduría y el concreto (o cemento) sea de fé y todo lo demás que se quiera añadir dependerá de cada arquitecto, de los materiales que se tenga y del resultado que se desee obtener.
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