Aprendí que nada justifica mis enojos
que una rabieta, una bronca, o un simple desagrado
tiene senderos cerrados en un corazón equilibrado
Aprendí a respetar al que está equivocado
sabiendo que su concepción es su verdad,
que merece ser escuchado
Que a mi arrogancia infinita,
mi soberbia interminable
mi orgullo insoportable
tuvieron su límite infranqueable
cuando decidí terminar
con mi deleznable manía
de ser dueño de absolutas verdades
Por eso, en el derrotero de mi aprendizaje...
Hoy decido abrazarme a la virtuosa majestad
de la humildad....
Bienvenidos
Has llegado a nuestro rinconcito especial en dónde encontrarás pensamientos, reflexiones, tarjetas y mucho más, acompáñanos y disfruta de nuestro espacio hecho con mucho cariño para tí...esperamos que sea de su agrado.
jueves, 3 de abril de 2014
Aprendí que nada justifica
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